

Ya estando allí el sueño del migrante es el menos beneficiado es el que lo menos importa. Como mencionó una de las entrevistadas: “No es lo mismo educar a los hijos en pareja que uno solo.” Esto es solo uno de los tantos retos que enfrentan las familias que se quedan en espera del ser querido que fue a buscar el “Sueño Americano.”Įn este sentido, el “Sueño Americano” es solo una ilusión que obliga a millones de personas a migrar al Norte. Y para los que se quedan también es difícil. Dichos logros tienen costos inmensurables: separarse de la familia, vivir solo, desconectado del pueblo, lejos del sueño de una vida mejor. ❼uántos migrantes son despojados de sus derechos, del esfuerzo, fruto de su trabajo? ❼uántos aguantan esta explotación por el hecho de buscar una “mejor vida”?Įs cierto que en algunas ocasiones los migrantes logran de mandar dinero a sus familias y con éste pueden comprar o mejorar sus viviendas o comprar tierra para cultivar los alimentos para sus familias que se quedan. Sin embargo, no significa el fin de los sufrimientos sino que se transforman por otras formas de sometimiento-el racismo, la discriminación y la explotación en las interacciones económicas, sociales y políticas de los Estados Unidos. Muchos mueren buscando al “Sueño Americano.” Otros llegan y logran obtener un trabajo. El camino de los migrantes supone el despojo de sus derechos y con ello sus sueños de tener una vida digna. Es decir, que el derecho de migrar o no migrar no traen garantías algunas.ĭerechos humanos se desvanecen en distintas rutas-ante las largas caminatas que emprenden los migrantes en los desiertos donde exponen y arriesgan su vida. O de los peligros que corren los migrantes, la violación constante y permanente de sus derechos más elementales: la vida, la dignidad y la libertad. Escuchar, por ejemplo, la experiencia de rupturas entre esposas y esposos, entre padres e hijos y viceversa.
